Pasamos todo junio dedicándonos por completo a preparar los ingredientes para hacer un guacamole lleno de colores, ideas y sabores.
Pintando juntos, a escasos metros, con calor, ruidos ajenos, frutas, semillas, café, bicicletas y mar.
Cuadros suyos y míos con una obra especial pintada a dúo, que se puede ver en el catálogo de esta expo tan sabrosa, y de la que aún quedan obras disponibles.
Las semillas de aguacate, sandía, papaya y girasol fueron nuestra máxima inspiración, que acabaron volando y lloviendo entre lienzos y cucharas.
Así quedó mi paleta de óleo: colores muy intensos y sabrosos.
Y estos fueron los 3 pincelillos que más usé para hacer bailar las semillas entre pinceladas, y a los que (por suerte) les di muy poco descanso para poder pintar los encargos especiales de este verano.
Este es un resumen de la preparación de una expo comestible, pedacitos de momentos de nuestro trabajo de pintores, con las herramientas cotidianas, y sin perder la esperanza que tanta gente nunca quiere ver. Delicadas pinceladas que sobreviven a indeseables comentarios hacia nuestra profesión, pero que gracias a quienes sí nos aprecian (a nosotros y a nuestro trabajo, no solo con megustas, si no comprando nuestra obra) no tiramos la toalla, y pasamos de pintar guacamole a pintar encargos que nos hacen viajar sin movernos del caballete.
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