Fue un placer para todos los sentidos ir a San Blas, además de que no me zambullía en una piscina desde la última vez que estuve en casa de Rebeca, cuando ambas aún éramos unas niñas, y de eso ya llovió un buen. Y hoy quise recordar (para celebrar "nuestras 16 semanas de") que fue delicioso tener la alberca para nosotros dos solos antes de salir a cenar aquel inolvidable sábado, y que también fue increíble amanecer allí antes de salir al mercado del domingo a desayunar unos extraños chilaquiles, para después conocer en mi piel el sabor del océano Pacífico. Gracias.
Fotos en Hotel Garza Canela (San Blas, Nayarit; nov. 2007)
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