


Pedro nos dejó hace unos días porque su debilitado corazón no pudo resistir otro achaque. Dejó a su amor, de esos que escasean en estos tiempos, pues más de 50 años juntos no los cumple cualquiera, y dejó una amplia familia. Pedro fue sastre aquí, y emigrante; regresó y triunfó ganándose el paladar de muchos con la recordada Hamburguesería Ceibe de Vilagarcía. Pedro me contaba que desde pequeño le gustaba dibujar, pero en sus tiempos eso le fue imposible. No pudo conservar algunos de sus dibujos; y le parecía increíble que en sus años de jubilado pudiese cumplir uno de sus sueños : pintar cuadros y estrenar el maletín de óleos que le habían regalado sus hijas. El domingo nos contaba mi padre que Pedrito (como le conocían algunos) también sabía tocar la guitarra y la harmónica. Me quedo con su seria discreción y su sonrisa al saludarme, con resultados glucémicos , algún mareo y una enorme cicatriz que me dejó impresionada, con las fotos de sus cuadros que colorearán los recuerdos de sus seres queridos... Me quedo con sus ganas de venir a clases de pintura sin importar la edad. Me quedo con su cara de sorpresa cuando se detuvo a ver de cerca mi pequeño cuadro de "El empiezamiento de la cuesta azul con piña"... Me quedo con la energía interior... y es que además "nunca es tarde si la dicha es buena".
2 comentarios:
Se me olvidó decir que fue el único de mis alumnos hacía los deberes, pq en los meses q no venía por vacaciones suyas o mías, pintaba en casa y después me traía el cuadro avanzado :)
uf, q me haces saltar las lágrimas. Yo también perdí a un abuelo-alumno y me acuerdo tanto de él...
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