Como pueden ver, intento ser siempre de ley y aquí va "el regalo", o mejor dicho, una porción de ese sabor imaginario de piña caribeña. Es lo que ha brotado entre mis recuerdos, que se enredan como finos hilos trenzados a flor de piel.
Este es el fragmento-clave (de Sol... de Elewá... ) que nos une: infinitos surcos de esas manos curtidas que han prendido un trocito de esta cuesta azul.
No sé cómo lo verás tú... él... Ahora ya está.
Abrazos de piña, Martazul.
2 comentarios:
Creo que has hecho un buen trabajo. Creo que ha merecido la pena... las alegrías y las penas que te ha dado esa pintura. Creo que has nacido para lo que estas haciendo. Un abrazo... para hacerte un poquito más feliz.
Al
Si existe alguna piña azul es porque sale de tus manos.
Que Elegguá te abra todos los caminos tuyos, y que lo haga siempre: con juegos y dulce caminar, con agudeza y ojos abiertos, que el corazón ya lo está.
Bienvenida al blogespacio!
besos aoi
E
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