Acaban de regalarme esta foto, desde Miami a Vilagarcía, hecha por una amiga virtual la semana pasada en una playa de Costa Rica.
Me apetece perderme, parar los relojes de los dos océanos que marcan nuestras vidas, desconectar mi bomba y dejar que todo se ponga en su lugar, para poder verlo tan claro como el agua que se escurre de las manos...
Justo ayer pintaba un cuadrito con un árbol latiendo desde sus entrañas... Y justo llevo unos días con los besos de árbol detenidos, porque muchos de esos pendientes son de niñ@s y no estoy motivada para hablar de ell@s...
Mejor seguiré pintando...
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