domingo, junio 07, 2009

De lazos... lazadas,enlazadas, deslazadas.

El tema de lazos para los eyes de junio podría decirse que está en la misma caja que mi tema propuesto para marzo, el de in-dependientes. Por eso este mes estaré más motivada con la imagen elegida para los sábados, además de que me ha hecho reflexionar y re-valorar ciertas hierbas que crecen en mi mente.

Los lazos son muy familiares para mí, puedo decir que desde siempre, pues cuenta mi madre que recién nacida me vistieron y me peinaron. Sí, me hicieron una palmerita y la ataron con un lazo que cortaron de la chaqueta rosa.

Pasaron los años y mi madre seguía poniéndome lazos, que paso a paso yo iba eligiendo, y ella siempre me compraba todos los nuevos y más locos que llegaban a las tiendas. Los combinaba por gama cromática, como si estuviese mezclando los óleos en la paleta, y hasta mi abuela me trajo de Venezuela, aquellos lazos de lana de colorines que heredé de mi prima Raquel.

Siguieron pasando los años y dejé de usar lazos. Bueno no, mejor dicho: creo que todos esos lazos se transformaron en otros elementos.

Los lazos intocables e ir-rompibles son los familiares. Son así porque son los que a cada un@ le toca porque no se pueden elegir. Pero un@ también debe saber a qué lazo quiere seguir atado y a cual no, y es cosa que se puede matizar, hasta el punto de poder deshacerlos si sólo te están tocando las pelotas (para muestra, el botón de mi hermano biológico).

Y mi otro gran lazo vital es eso de ser diabética. Más de 20 años inyectándome con jeringas y plumas, y desde hace más de uno conectada por siempre a la bomba suministradora de insulina, a través de un querido-odiado catéter que es mi lazo inseparable.


Pero en esta vida hay más lazos. Sí, podría clasificarlos por texturas, tamaños, colores y estampados, etc.

Mis lazos más importantes son los del Arte y los del AMor.

Pero también se convive con los lazos de la tierra donde naces y del mar donde te sumerges, y los de los caminos que sueñas con todas sus sorpresas de mil colores. Los de los árboles que besas y los de los mechones que trenzas. Los lazos laborales, profesionales, políticos, sanitarios, sociales, ideológicos y ociosos.

También existen los lazos que se rompen sin querer y los que se rompen queriendo.

Y los peores son los lazos que te acosan, que te insultan, que te ofenden, que te ahogan. Que te hieren al saberse desatados. Lazos de injusticia, de dolor, de resentimiento, de reproche, de egoísmo, de envidia. Lazos disfrazados de pura falsedad. Lazos que confunden la distancia con el abandono (manda güevos!!). Lazos de sangre que utilizan el nombre del amor para exigir dinero.

En fin, he aquí un lazo injusto, desagradecido (por lo tanto malnacido) y aprovechado: la cuenta bancaria de... para ... ??? o para ... ???

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