jueves, enero 08, 2009

El horror que me deja vivir

Os presento a la tortura de mis últimos meses:
es el Quick-Serter de Medtronic -Infusion Set Insertion System-
o en otras palabras, el pinchador con el que me clavo el catéter.


Puede resultar increíble que en ciertos momentos prefiera inyectarme la insulina 5 veces diarias, como hacía hasta el año pasado, y no este pinchazo cada 3 días y medio. Si pudiera hablaría con los que diseñan estos aparatejos para que hicieran el pinchador más light de lo posible. Es azulito y parece de juguete, pero cuando lo hay que pulsar en la panza de una pues no resulta así de agradable. A veces me da unos minutos de picor y reacción en mi piel, y en contadas ocasiones me ha dolido hasta la rodilla. Las demás veces es como si nada, no se siente ni la aguja (que se retira de inmediato y en mi interior sólo queda la canula), pero el asco y todo lo que me hace sentir este proceso es delopior.


 
Antes de clavarlo hay que desconectar la bomba y rebobinarla para cebarla con el reservorio y el catéter nuevo. Tengo la lección muy bien aprendida, pero la práctica la sienten mis entrañas. Ahora que conseguí no marearme y hasta llegué a hacerlo tomando café en una terraza porriñesa, algo me pasa que cuanto mejor funciona el aparatejo con su infusión milimétrica de insulina, pues yo me pongo peor cuando me toca cambiarme el catéter, -al que Augusto y yo llamamos botón-. Aquí se pueden ver la bomba, esperando al cebado fijo, y el catéter nuevo enganchado al pinchador. Qué os parece? en el hospital me dicen que haga vida normal, y ya séeeee que hay cosas peores, pero a veces me harto de todo, porque tengo que llevar la bomba las 24 horas junto a mis fieles e improvisadas preocupaciones.

 
Y no me da la paciencia y el temor para más que acabar clavándola en la manta de vaca. He contado mil veces un, dos, tres, pero el ya no ha llegado. Hasta casi me pongo a rezar un padrenuestro porque lo de contar ovejitas siempre me pareció aburrido. Lo he intentado de pie, como siempre, y tumbada, pero ni así. Con cortinas cerradas y abiertas, o con el sol directo, y nada. He volteado las fotos para estar en completa soledad y tampoco. Tengo que dejar de pensar en tantas cosas. No me gusta pincharme pero tampoco que me pinchen, y la verdad que todos, en especial una personita, tiene mucha paciencia y confianza en mí. Realmente odio esos 2 botoncitos blancos del pinchador azul. Será que no soporto el sonido que hacen al pulsarlo? Será una metáfora de algo? Sólo sé que no puedo seguir así, tengo que descubrir qué me pasa con esta onda... Algún consejo de diabético o no diabético?

2 comentarios:

angela brianes dijo...

Hola preciosa,

y yo pense que mi 'tortura' de 17 pastillas al dia no lo igualaba nadie, pero ya veo que hay más luchadoras y que ¡ademas estamos super cerca!

Animo, chuliña, que cueste lo que cueste, la vida vale la pena vivirla disfrutandod e cada ratito y de lo que aprendes de estas 'jugarretas' de tu y mi maltrechas saludes.

Besos

angela brianes dijo...
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