sábado, julio 26, 2008

Mis 3 ombligos

Sí, me harta esto de llevar la bomba las 24 horas desde hace casi 4 meses. Como dice una canción de mi inevitable disco favorito de Rosario: "lo llevo bien, lo llevo a mi manera" ... Pero a veces me gustaría volver a lo de antes. Sí, nunca pensé que diría que echase de menos eso de pincharse 5 veces al día. Pero bueno, parece que este sistema me hace mucho bien, y ando-andamos intentando ajustar al máximo esta pinche maquinita que nos trae loquitos. La verdad que es alucinante todo el despliegue que requiere y todo su funcionamiento, aunque el otro día en dejó de meter la insulina programada y empezó a sacar sangre ella solita, grrrrrrr (y no me mareé!! eso sí que es sorprendente... sólo que me hizo una marca asquerosilla).

En fin, que parece que vivo en un mundo nuevo, si mi vida había dado un giro de dieciochomil grados, pues con esto más. A mis alumnitos les hace gracia ver a su ciber-profe ;) les enseño a enviarme mensajitos dosificados de insulina, y algunas madres me dicen que "es como tener un hijo raro". Hay para todos los gustos y opiniones. Y yo, a pesar de todo el shock que me causó, pues ahí la voy manejando mucho mejor de lo que pensaba. Mi madre me anima, y Augusto es el único que la entiende y me ayuda mucho con ella, gracias neniño!! Admito que no siento que la llevo, y puedo hacer "vida normal" (salvando ciertos detallitos que ya tenemos controladísimos), pero en el fondo es super raro eso de estar conectada continuamente a un cablecillo que va suministrando insulina a mi cuerpo las 24horas. Parece increíble, pero es muy cierto: nunca la escondo y se la presento a tododios, es como un tamagochi-ipod médico.

Ay, que me puse sensible porque me toca cambio de catéter, y es lo que menos tengo superado porque me da mucho respeto, pero ahí sigo en la lucha. combatiente con la vida que me ha tocado, atada a tanta disciplina desde los 6 años, a pensar diferente a mis compañeros, a tener otras prioridades, a vivir como mejor pueda a pesar de. Esta enfermedad es mi cruz, y la bomba es la bomba... que aun tengo sin bautizar. Es un piercing inigualable, es como llevar un perro amarrado todo el día, encadenado entre mis mil vueltas y nosotros en las noches, que la dejo descansar mientras me meto a bañar, y que me espera con su alarma para seguir y seguir hasta que de repente se queda sin suministro o sin batería y se arma una juerguecita.
 
 A veces quisiera vivir sin bomba, cerrar los ojos y seguir disfrutando de la vida sin ella, pero sé que al final quien más me importa está conmigo y eso hace que todo vaya mucho mejor.

Uno, dos y tres.
 

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