El lunes 10 fuimos a buscar los espejos, y me regalaron unos recortes en una fábrica cuyo nombre no recuerdo. Gracias por la amabilidad.
Interesante juego visual que me ofrecieron nada más posarlos en el suelo.
Comenzamos la tarea de romper y pegar. Hablo en plural porque esta vez me ayudaron varios colegas (aunque el entendido de al lado me haya dicho "No te durarán dos días"... ojalá se equivoque).
Con las manos en la masa me introduje levemente en el mundo del cemento y la paleta de albañila. Me gustó enfrentarme con estos materiales por primera vez. Ahora se ve todo un poco caótico, y un tanto guarro, pero confío en que conseguiré lo que pretendo, que ya se intuye: dar más luz y profundidad al muro de agua.
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