Conjuro transoceánico, Martazul 2007
Acrílico y óleo sobre lienzo; 2 piezas de 80 x 100 cm
Hace hoy 16 años que nos despedimos en la central de buses de Guadalajara-Jalisco, diciéndote "Volveré pronto", lo intuía claramente.
Me fui a Morelia-Michoacán donde me esperaba E. Al
día siguiente volé "sola" de regreso: primero en avioneta hacia la que
entonces era la inmensidad del DF (donde pensaban que yo era gringa) y luego desde allí a Madrid-Vigo. Era 22 de mayo cuando
aterricé lloviendo y nublado, qué raro.
A
las pocas semanas comenzamos a imaginar otro viaje y con la ayuda
mágica del conjuro de los 100 días, todo fue posible a pesar de tantos
impedimentos absurdos, como siempre, ya sabes.
Mientras
tanto, yo pintaba este cuadro que casi nadie conoce, porque es de
nosotros. También comenzaba a marcar la que sería "Ensalada de corazón".
Estos y otros cuadros, viajaron conmigo destino Tepic-Nayarit (100 días
después). Solo "El mar de Mar" llegó deteriorado, pero el conjuro y la ensalada, llegaron, los expuse allá y regresaron conmigo de nuevo, para exponerlos aquí un par de veces.
Allá lo pudieron ver en nuestra exposición colectiva "Desde el vientre del cielo" en el entrañable Museo Emilia Ortiz. Luego lo llevé aquí a la expo de "Tapalpa" y creo que ya no más.
Pinté otro conjuro que formó parte de la llamativa serie "Empedrados" pero por salud, mejor que ya no exista.
Hoy vuelvo a observar este conjuro. Recuerdo cómo pinté el fondo llenando mis propias manos con pintura. Fue un grito de libertad secreta, y de quedarme en el estudio algunas noches del verano de 2007, pintando hasta el amanecer. De vez en cuando aún volvemos a escuchar los discos donde están esas canciones, de las que elegí frases donde aparece la palabra "mano" para escribirlas con pincel bailando sobre los lienzos. También hay granitos postales de arena de San Pancho, hay cabellos cortados y tan azules, hay sangre de mis dedos siempre pinchados, están tu mano y la mía, nubes con lágrimas y estrellas, la luna, un vestido, una ballena, pétalos de Capacuaro y una gran gerbera tapatía.
Gracias por todolodemásquenoseve.
Fotos: Marthazul, febrero 2022
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