Lo confieso: no me gusta dibujar, me da cierta pereza, pero desde siempre los lápices de casa se van gastando, y no lo hacen solos, será porque, queriendo o sin querer, acabo dibujando. Estos son de EGB. Cuando tenía 13 años apróximadamente tuve la idea de ir guardando los que se iban quedando pequeños. También tuve la paciencia de esperarme y reunir los suficientes que cubriesen el enganche de un broche que se me había roto. Cuando junté los necesarios, les saqué punta, les di un barniz y los pegué. Desde comienzos de los 90's tengo este clavillo-lapicero. Hoy que vi unos de mi colega Claudy, recordé que en nuestro último viaje a México, los vi en varias ocasiones, especialmente con chaquiras en diseños huicholes. Rara vez me acuerdo de ponérmelo, pero hoy lo rescaté de mi cajón de artesanías variadas y decidí compartirlo, para recordar que las ideas se pueden peinar. Para anotar de un tirón las 8 mil pinceladas por pintar, los tropecientos pendientes por hacer (y borrar de la lista), los más de 150 besosdeárbol que esperan turno para ser publicados, las recompensas para mis queridos 32 mecenas, las múltiples glucemias diarias, los carbohidratos de cada comida, y los pequeños-grandes sueños por cumplir.
Foto: A.Metztli
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