domingo, abril 25, 2010

El sueño de la nanovacuna con brillos dorados


Augusto me guardó esta nota que salió en uno de sus periódicos favoritos www.publico.es


Es claramente esperanzadora, al menos para prevenirla y curarla a quienes lleven poco tiempo padeciéndola. No me quiero meter en el grupo de la esperanza ilusa, pues creo que casi 23 años de diabética son para este caso demasiados. Además desde los 6 me dije "eche o que hai" y seguí pa'lante. Claro que la lunademiel que dijo el pediatra a mi madre nunca llegó, más bien todo empeoró, y por eso decidieron ponerme la B.I.C.I. para probar un intento de mejoría que poquito a poco va cumpliendo su propósito.

En la última consulta, la doctora nos dijo que el transplante o implante del famoso páncreas artificial está " a un cuarto de hora" pero supongo que si llega a ver cómo, cuándo y dónde me encuentra...

Lo que me gustó de la noticia es que los nuevos diabéticos tendrán muchas más facilidades. Claro que también tienen más probabilidades buscadas y autoprovocadas in-conscientemente, que las de antes, que venían sin motivo... o en un estirón. Por la vida moderna todos tenéis muchas más papeletas de que os toque la varita, y vuestro páncreas se ponga en huelga, pero lo bueno es que la ciencia avanza a buen ritmo y lo médico será más cómodo, aunque el día a día será un cambio brusco en la vida del enfermo y su gente.

Por ahora me conformo con no empeorar y no inyectarme 5 veces diarias, aunque sigo sin adaptarme al cambio de catéter, pero ya se cumplió el sueño de mis padres y abuelos: que la niña se deje de pinchar (desde hace 2 años, sólo 2 veces por semana).

Así que seguiremos viviendo y quizá algún día nos volvamos a sorprender con una novedad científica de última generación.

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